TEUCHITLÁN: DE LA FALTA DE EMPATÍA A LA DESHUMANIZACIÓN
El hallazgo de un campo de exterminio en Jalisco a los ojos de México y el mundo entero es una atrocidad. Para los colectivos de personas buscadoras es un tormento en donde buscan dar un paso hacia la verdad.
ARTÍCULOS LA VOZ DE JALISCO
Mónica Calles Miramontes


La empatía es la capacidad que tenemos de comprender las experiencias, sentimientos y emociones ajenas; es intentar ponernos por un momento en el lugar de otras personas, lo que muchas veces nos hace compartir y experimentar el dolor ajeno.
Sin embargo, hay experiencias tan terribles que simplemente resultan inimaginables; el dolor ajeno es tan grande que sólo quien lo vive puede ser capaz de sentirlo. La empatía se transforma en un acto de entendimiento, comprensión o solidaridad.
En México existen más de 60 colectivos de personas buscadoras. Son madres, padres, hermanas, hermanos, abuelas o esposos a quienes les falta un integrante de su familia.
Son personas a las que el Estado les falló. Quienes integran esos colectivos cambiaron toda su vida por dedicar cada día de su existencia a buscar a un ser amado que les falta.
Los familiares de las víctimas de desaparición forzada experimentan un sufrimiento inhumano al desconocer si su ser más amado está vivo, recluido, si espera recibir ayuda, o si ya no se encuentra entre nosotros.
El hallazgo de un campo de exterminio en Jalisco a los ojos de México y el mundo entero es una atrocidad. Para los colectivos de personas buscadoras es un tormento en donde buscan dar un paso hacia la verdad.
Además, debemos comprender que, la desaparición forzada es un crimen que afecta a la sociedad entera. Sí, la sociedad también es víctima de este delito, porque es algo que esparce terror en la población y lleva a la perpetua sensación de inseguridad.
A pesar de todo ello, resulta incomprensible que ante los hallazgos de Teuchitlán (y de otros campos de “entrenamiento” y extermino) la respuesta social sea la negación, la indiferencia o hasta la confrontación con las madres buscadoras.
La indolencia del Estado y la revictimización hacia todas estas personas simplemente es criminal.
Los hechos revelan lo que desde hace años dejaron claro las estadísticas. Ponen en evidencia lo que día a día vivimos todas las personas en este país, inseguridad y miedo.
No es fácil asimilar que esto no nos haya sacudido como sociedad.
No es fácil asimilar que nuestra respuesta no haya sido la indignación y la unión para exigir a las autoridades.
¿Cómo ha sido posible que frente a todo esto haya quienes se preocupen más de que estos hechos puedan empañar la imagen del partido político con el que simpatizan?
Aquí no importa el color del partido que gobierna. Nos guste o no, esto es responsabilidad del Estado en todos los niveles de gobierno.
En 2024 cerramos el sexenio más violento de la historia. En el tema de desapariciones, el gobierno federal fue incapaz de entregar resultados. Ante su evidente incapacidad y el aumento de las cifras, su respuesta fue otro crimen: “desaparecer a los desaparecidos”, borrando cientos de miles de nombres de las estadísticas.
A pesar de ello, los números son escalofriantes. Más de 124 mil personas desaparecidas y más de la mitad son casos que sucedieron entre 2018 y 2024.
¿Hasta cuándo vamos a seguir permitiendo que los gobernantes sigan culpando al pasado de los problemas que hoy se viven en México?
¿Hasta cuándo dejaremos que en cada tragedia que ocurre en México el gobierno encuentre la forma de ser la víctima?
¿Hasta cuándo seguiremos comprando el ofensivo y desgastado discurso de que “los homicidios y desapariciones sólo ocurren entre grupos delictivos”?
Si Teuchitlán no nos logra unir en un grito de empatía y humanidad; si esto no nos lleva a comprender que no se trata de rencillas políticas, sino de responsabilidades que como ciudadanos tenemos la obligación de exigir ¿entonces qué lo hará?
Teuchitlán y la crisis por desapariciones forzadas trascienden cualquier desacuerdo político; es un asunto de humanidad.
Vblog
Mónica Calles Miramontes
Exploramos temas jurídicos, políticos y sociales.
Contacto
Contacto