¡Nos mintieron! El cómputo no será especializado, ni ciudadano: un sistema contará los votos

El cómputo de votos será reemplazado por una labor de captura, a partir de la lectura de los votos que realizará una sola persona, sin posibilidad real de supervisión.

ARTÍCULOS LA VOZ DE JALISCO

Mónica Calles Miramontes

5/19/20253 min read

Hace unos meses el INE decidió que los votos no serían contados en las mesas directivas de casillas por nuestros vecinos, amigos o familiares, como había ocurrido por décadas. El Tribunal Electoral, como ya es costumbre, con problemáticos argumentos, confirmó esta decisión.

Muchas personas lo cuestionamos; ya que, el conteo de votos ciudadano, por tres décadas, ha sido una garantía de confianza, transparencia y certeza en las elecciones.

La reacción del INE y de diversos funcionarios electorales fue “rechazar” que con esto se perdía la llamada ciudadanización en el cómputo de votos y hasta acusaron de falsedad. Señalaron que, el cómputo de votos seguiría siendo ciudadano, porque se haría en los 300 Consejos Distritales del INE por personal especializado del Servicio Profesional Electoral e integrantes de los Consejos Distritales (desde esta perspectiva tan reducida, si los contara la consejera presidenta del INE o integrantes de partidos, seguirían siendo ciudadanos).

¿Y qué creen? Nos mintieron. Ni vecinos, ni consejeros, ni personal del Servicio Profesional Electoral. No habrá conteo de votos por ciudadanos; de hecho, las personas no contarán los votos.

El cómputo de votos será reemplazado por una labor de captura, a partir de la lectura de los votos que realizará una sola persona, sin posibilidad real de supervisión.

En los Consejos Distritales se organizarán de 40 a 50 equipos de dos personas: una dictará los votos (números) y la otra capturará en un teléfono celular. Esta labor será realizada por Capacitadores Asistentes Electorales, personal operativo del INE y otras personas que serán contratadas para esta actividad.

La información que se capture en cada teléfono celular alimentará un sistema central que realizará la sumatoria de votos (por casilla y por distrito) y generará las actas correspondientes, que serán firmadas en los Consejos Distritales.

Son muchos los riesgos.

Las jornadas de trabajo serán extenuantes; la posibilidad del error humano crecerá a medida que pasen horas y días enteros realizando esa compleja y monótona labor en celulares.

¿La vigilancia? No habrá.

El INE ha dicho que la ciudadanía podrá ver en vivo las transmisiones de los cómputos vía YouTube, pero esto de nada servirá. Incluso, estando dentro de las instalaciones donde se realizarán los cómputos será imposible observar si la lectura de los votos es correcta o si los votos se capturan bien. No es una suposición, lo comprobé estando presente en simulacros de cómputos que recientemente realizó el INE.

¿Cómo se va a supervisar a cada una de las 40 o 50 duplas que trabajarán de manera simultánea desde celulares? ¡Es imposible!

En el sistema de cómputo de votos que conocíamos, cada voto era extraído y leído frente a todos los integrantes de las mesas de trabajo, donde estaban presentes representantes de partidos políticos. Existía la posibilidad de cuestionar si la lectura del voto era correcta o no. Era a la vista de todos.

En la elección judicial nada de eso tendremos. Será una labor opaca, imposible de supervisar, desprovista de un criterio colegiado y realizada por personas que jamás se habían encargado de esta actividad (nos engañaron en eso también, no será personal especializado).

Por si fuera poco, como sabemos, la complejidad de las boletas es mayúscula; así que, habrá infinidad de boletas donde las personas votarán por más opciones o especialidades, duplicarán votos o rebasarán los votos que deben destinarse a un género. Sin embargo, todo eso dejará de ser valorado por las personas, solo habrá una captura mecanizada y “el sistema” depurará o “eliminará” los votos adicionales sin criterio humano de por medio.

De recuentos, verificación de actas, pruebas espejo o posibilidad de verificar el resultado de cada casilla, ni hablamos. Una vez capturada cada línea de votos, no habrá forma de saber si la lectura individual tuvo error o se capturó mal.

Es claro que, la elección judicial tiene particularidades que la hacen muy diferente a lo que conocemos; pero nada justifica que nos arrebaten las garantías de certeza y, en lugar de ello, se realicen simulaciones para dar la apariencia de transparencia. Nada justifica el engaño.

Estamos frente a una elección sin información, sin campañas reales, sin voto universal, sin voto libre y, ahora, sin garantías de resultados transparentes y confiables.

El voto, en esas condiciones, se arroja a un vacío. El INE renunció a su deber de organizar elecciones auténticas. Todo por un capricho. Todo por alinearse a la voluntad de un solo hombre.