DATO PROTEGIDO Y EL TRIBUNAL PROTECTOR… DE MORENA

ARTÍCULOS LA VOZ DE JALISCO

¡Sanciones ejemplares!, fue exactamente lo que pidió la diputada federal Diana Karina Barreras para Karla Estrella. No solo eso, exigió disculpas públicas en redes sociales, en periódicos de circulación nacional y una latente amenaza sobre lo que podría publicar en el futuro.

¿El gran “delito” de Karla Estrella? Opinar de política y no aplaudir al régimen morenista.

La legítima opinión de Karla Estrella, por la que fue censurada decía lo siguiente: Así estaría el berrinche de [Sergio Gutiérrez Luna] para que incluyeran a su esposa, que tuvieron que desmadrar las fórmulas para darle una candidatura. Cero pruebas y cero dudas”; haciendo referencia a la noticia sobre la definición de candidaturas del oficialismo en Sonora.

En aquel momento (febrero, 2024), Karla Estrella tenía una cuenta de 6 mil seguidores; su “aterrador” comentario ya había alcanzado 5 republicaciones. ¡Era necesario detener semejante amenaza! Así que, en sesión urgente, el INE dictó medidas cautelares y le ordenó a Karla Estrella borrarlo.

Después, Karla Estrella pasó por un procedimiento sancionador en el que estuvo sujeta a una revisión de sus cuentas en redes sociales y a una investigación sobre el “propósito” de su comentario. ¡En eso se ocuparon los recursos públicos!

Finalmente, Karla Estrella fue sancionada e impugnó esa resolución.

Todo llevó más de un año, para que, al final de ese largo camino, Karla Estrella se topara con el principal protector de los intereses oficialistas, el Tribunal Electoral, quien falló en su contra.

No hubo un tribunal para garantizar los derechos de Karla Estrella y, por supuesto que, tampoco protegió derechos de la diputada.

Por el contrario, se toparon con los magistrados electorales que solo ven su propio beneficio en los asuntos que resuelven. Un tribunal que, para complacer al oficialismo, se ha dedicado a torcer la Constitución y la ley. Así que, los magistrados pensaron que quedarían muy bien violentando los derechos de una ciudadana, para satisfacción de un político poderoso.

Sin embargo, la manipulación legal esta vez no les funcionó. Surgió el reproche social. Un reproche que no ha cesado de evidenciar el abuso de poder. Ha sido tan evidente que, ni su propio gremio ha salido a darles apoyo, y vaya que ni en los peores casos suelen tener recato los morenistas.

Hoy, la diputada que usó el poder del Estado para perseguir, censurar y amedrentar a una ciudadana, no solo falló en su objetivo; sino que, ayudó a hacer visible lo que desde hace años está sucediendo en México: el uso del aparato estatal para silenciar voces críticas e incómodas; el uso de las instituciones electorales para forjar un pensamiento único.

Ahora, la diputada se hace llamar víctima. Tal vez ahora sí lo sea. Una víctima de su propio abuso de poder, una víctima de la incomprensión de la verdadera lucha de las mujeres por la igualdad; una víctima de las autoridades que, compradas, le hicieron creer que su autoritarismo no tendría consecuencias.

Es verdad que, Karla Estrella permanecerá dieciocho meses en el “Registro de Personas Sancionadas por Violencia de Género”; pero su inscripción no será estigmatizante para ella, por el contrario, será el recordatorio del poder de la voz ciudadana y la certeza de que, aunque tengan las instituciones cooptadas, el poder al que sí le temen los morenistas está en la ciudadanía.