“Copiosa participación” Desmintiendo al INE con sus propios datos
¡Habemus boletas! Más de 600 millones de boletas electorales federales, para, supuestamente, casi 100 millones de ciudadanos mexicanos. Tenemos boletas; sin embargo, nos han mentido, no todos podrán votar, o por lo menos es imposible que todos lo hagan. Edición 144- Semana del 02 de mayo al 07 de mayo del 2025
ARTÍCULOS LA VOZ DE JALISCO
Mónica Calles Miramontes


¡Habemus boletas! Más de 600 millones de boletas electorales federales, para, supuestamente, casi 100 millones de ciudadanos mexicanos.
Tenemos boletas; sin embargo, nos han mentido, no todos podrán votar, o por lo menos es imposible que todos lo hagan.
La presidenta del INE es optimista y ha declarado que espera una participación “altamente copiosa”. Tal vez ese optimismo provenga de que otros ayudarán a hacer lo que le toca al INE. Como se recuerda, el Tribunal Electoral oficialista institucionalizó la intromisión de otros Poderes en la elección. Ahora, desde el oficialismo, se promueve la elección con toda la parcialidad e ilegalidad que esto implica.
El INE ya no es el único encargado de la función electoral.
A pesar del optimismo, lo cierto es que, es materialmente imposible que haya una alta participación, ni siquiera es posible tener una participación medianamente aceptable para la elección judicial.
Esta afirmación puede ser corroborada con los acuerdos, lineamientos e informes aprobados por el INE y los institutos electorales locales. Los números están ahí y los he analizado.
Es posible concluir que, aun cuando el INE ponga a disposición 1000 o 2250 boletas electorales en una casilla, su capacidad de recepción de votos es muy limitada, más de lo que podríamos imaginar. Esa limitación significa que no podrán votar todas las personas.
En primer lugar, es imposible que todas las personas voten, porque tenemos la enorme complejidad de las boletas electorales federales. Con esas boletas, según el propio INE, las personas tardarán 9 minutos en votar.
En segundo lugar, en 19 estados habrá elecciones concurrentes; es decir, además de la elección judicial federal, las personas en esos estados tendrán que elegir a los Poderes Judiciales locales, cada uno con su propia complejidad.
Así, además a las 6 boletas federales, se sumarán las boletas electorales locales. En esos 19 estados, las personas recibirán entre 3, 4, 5 o 7 boletas adicionales, a fin de elegir a los integrantes de los respectivos poderes judiciales locales.
Para simplificar datos en este artículo, me permitiré redondear las estimaciones que se basan en la información proporcionada por los institutos electorales, sobre el tiempo que tardarán las personas en rellenar las boletas federales y locales conjuntamente:
· En 3 entidades federativas cada ciudadano tardará 20 minutos en votar (algunas estimaciones superan ese tiempo).
· En 16 entidades federativas serán 15 minutos.
· En las 13 entidades federativas donde solo habrá elección federal, el tiempo que el INE ha estimado es de 9 minutos por elector.
Considerando el tiempo de votación y la posibilidad de votantes simultáneos autorizada en cada casilla, tenemos entidades federativas donde las casillas tendrán una capacidad máxima de recepción de votos que va del 19 al 24% de los electores, en una jornada de 10 horas.
Es decir, aunque se contemplen 2000 boletas, solo sería posible recibir a 390 electores, es decir, no podrían votar 1,610 personas; o bien, aun teniendo 1000 boletas, la capacidad real de votantes no supera las 240 personas; por tanto, no podrán votar 760 personas (elecciones concurrentes).
Esto no solo es contradictorio, sino antidemocrático. El INE y sus colaboradores (Senado de la República y morena) ni siquiera serán capaces de garantizar el voto de todos los ciudadanos.
Lo más alarmante es que, estos números surgen de un utópico escenario donde las casillas tuvieran filas repletas de votantes, un flujo continuo de electores y que no se presentara el menor contratiempo durante las 10 horas de la jornada electoral.
En otros casos habrá una posibilidad real de votantes que va del 25 al 32% de los electores contemplados en las casillas respectivas (elecciones concurrentes donde el estimado de votación es de 15 minutos por persona).
En las entidades federativas donde no hay procesos electorales locales, las cifras tampoco son muy alentadoras, porque la capacidad real de votantes apenas supera el 40%. Claro, en un optimista e irreal escenario.
Las excepciones a estas proyecciones serán las casillas donde el número de votantes contemplados sea muy reducido; en esas casillas materialmente existirá la posibilidad de superar esos porcentajes de votación. Sin embargo, no es el escenario ordinario para estas elecciones y las casillas seccionales.
Podría poner esto con mayor claridad. Veamos solo el caso de una casilla donde solo se votará por el Poder Judicial Federal. Consideremos que sea una de las casillas de 2000 votantes, podrán votar simultáneamente 13 personas, el tiempo estimado de votación es de 9 minutos. Por tanto, en 10 horas solo podrían votar 866 personas. Ello, en el irreal caso en que no hubiera ni un segundo de pausa entre los bloques de personas votantes.
Como vemos, una participación “altamente copiosa” es imposible; el INE contempló boletas para todos, pero no contempló ni casillas ni tiempo para todos.
Todo esto se debe a que se juntaron las ocurrencias, la premura, la falta de presupuesto y la irresponsabilidad de las autoridades electorales que envueltas en la bandera de “hacer cumplir la Constitución” han destruido todo principio democrático. Todo por darle gusto al oficialismo.
Así, hoy se prestan a organizar una simulación y no una elección.
A pesar de estos números, tal parece que todo se prepara para vendernos la historia de una participación exitosa. ¡Cuidado si lo intentan! El INE podrá mentir, pero los números no.
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Mónica Calles Miramontes
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